Aproveché de hacer algunas cosas... fui a una capacitación que por una u otra razón siempre se termina postergando y aproveché también de hacer un par de trámites...
Luego de pasar por el centro, decidí que era un buen momento para hacer eso que tanto me gusta... y me fui al café literario del parque Balmaceda, en Providencia... lejos el primero de mis lugares favoritos...
Sin prisa, caminé por el parque en medio de escolares, chicos que jugaban a la pelota, parejas conversando, abuelitos en su paseo diario... elegí tres libros y me senté al solcito (coca cola y cigarro en mano) y me puse a leer... así pasaron tres horas y media... rodeada de árboles grandes y frondosos... pastito... sol y aire, que aunque poco tiene de limpio, es aire al fin y al cabo...
Lo disfruté... lo disfruté en exceso... y me sentí bien... descansada, renovada e incluso feliz... me desconecté de todo y me relajé...
Cuando regresé, por mail me enteré de que Joaquín no estaba pasando por un buen día... así que opté por decirle a mis amigas que no era un buen día pa´estar carreteando, porque si no pude estar con él en el preciso momento que le sucedían cosas poco agradables, mi única forma de acompañarlo era quedarme en casa sin mucho alboroto y estar con él de pensamiento desde aquí...
Y así fue...
No pude dejar de ponerme en su lugar... en sentir un poco su dolor y su preocupación... y me sentí agradecida de conocerlo... de poder compartir con él, momentos e instantes maravillosos cuyo valor radica principalmente en lo completamente maravilloso que es él... sin duda, él no lo está pasando bien esta noche y esta no fue mi mejor semana... pero saber que está presente en mi vida, hace que todo sea un poco más llevadero...
esperando que los próximos días sean mejores
Bethstar
1 comentario:
Siempre hay que esperar que los próximos días sean mejores... es una cuestión de actitud.
No sé qué problema médico tenías, ni podría descubrir qué angustia tiene Joaquín... sólo puedo mandarte mucha fuerza y sensatez para que sigas distinguiendo las cosas sencillas que podemos encontrar en medio de nuestra rutina: como un café y un par de libros en tu café literario favorito... qué daría yo por regalarme momentos así.
"mi única forma de acompañarlo era quedarme en casa sin mucho alboroto y estar con él de pensamiento desde aquí..." .... de seguro él habrá sabido agradecerte ese gesto tan lindo y sincero.
Muchas gracias por tu visita en mi blog, aunque no estoy muy de acuerdo con eso de que siempre habrá algo de confusión entre las parejas de amigos... quizás es porque nunca lo he sentido.
Muchos saludos,
Soledad.
Publicar un comentario